
Celebramos hoy llenos de mucho gozo la Vigilia Pascual donde vamos a ver el paso de la muerte a la vida.
El Miércoles de Ceniza parece ya muy lejano. Fue entonces cuando comenzamos a recorrer el largo camino cuaresmal. Juntos hemos vivido días de oración, de penitencia, de privaciones, de reflexión, de vía crucis. Juntos hemos ido preparando la senda que desemboca en esta ocasión gloriosa. Esta es la noche de las noches. La noche por excelencia. A ella se refiere nuestro querido Beato Carlos Manuel Rodríguez cuando nos repetía, con insistencia: “¡Vivimos para esa noche!” Hoy, las tinieblas se desvanecen, la oscuridad queda derrotada, la muerte es vencida de modo definitivo y Cristo se alza victorioso ante su pueblo. Por ello nos reunimos en vigilia de oración a la espera de Cristo Resucitado, para escuchar la Palabra de Dios, para participar en los Sacramentos de la Iglesia, para celebrar con Cristo el banquete pascual.
Estas son las lecturas de esta noche así como el vídeo del evangelio.



Se celebra la muerte victoriosa de Cristo en la cruz. Contemplemos y meditemos en Jesús: el Cordero sacrificado por nuestra liberación. La muerte de Cristo fue la causa de que nuestra muerte fuera vencida.



Empezamos hoy la Semana Santa, esta es una semana solemne en la que queremos vivir con Cristo, su Pasión, Muerte y Resurrección. Hoy recordamos la entrada victoriosa de Cristo en Jerusalén para consumar su misterio Pascual. También leemos la Pasión en donde Cristo, el Siervo, cumple su misión de Servidor, entregando su vida al servicio de todos nosotros. Hoy acompañaremos al Señor, que misteriosamente está presente con nosotros; con las palmas en las manos, con cantos en nuestra boca y una gran alegría en el corazón, recibamos al Mesías pobre y humilde como nuestro Rey y nuestro Salvador.
Cuando nos interesa algo, lo buscamos con ahínco y con ansiedad. Cuando alguien nos da una muestra publicitaria de un perfume de una marca no conocida, y nos gusta y nos interesa comprarla, enseguida preguntamos donde podemos conseguirla o dónde la venden. Incluso podemos llegar a ponerlo en internet y rápidamente aparecen las tiendas donde podemos conseguirlo. Eso nos suele pasar en Navidad con algún número de lotería que nos entra por los ojos y no paramos hasta conseguirlo. Cuando algo nos interesa de verdad no nos importa el tiempo que tardamos o el trabajo que nos lleve, y pagamos con gusto el precio, porque de verdad queremos encontrarlo.




























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