Comenzamos de nuevo con las colaboraciones de nuestro amigo PACO MIRA.
No hace muchos años hubo un accidente de tráfico en Badajoz, en el que murieron una madre, de 41 años, un hijo de 18, y el padre quedo en estado grave. El causante, un joven de 20 años, con exceso de consumiciones, fue condenado a diez años de prisión.
El marido de la fallecida, pedía ayuda a algo insólito: quería acercarse a la cárcel de Badajoz para darle un abrazo de perdón al homicida que había matado a su mujer y a su hijo. El caso tuvo una amplia cobertura mediática en la televisión y en los medios de comunicación social. Pero no contento con eso, quiso también ir a la Televisión para propagar un mensaje de perdón sincero. Pero las puertas se le cerraron. Quizás si saliera en televisión para dar una imagen de mayor tragedia, le darían un espacio.
Hoy, la Palabra de Dios, en la 1ª Lectura y en el evangelio, nos invitan a reflexionar sobre algo tan necesario humanamente como es el perdón y la reconciliación. No quiero entrar en casos extremos, en los que algunas personas han sufrido mucho por causa de otros, porque en estas situaciones el tema del perdón es muy complejo. Nos situamos en un plano más de andar por casa.