En el Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario, la liturgia nos invita a celebrar ahora con una alegría muy especial, porque Cristo se nos ofrece en su cuerpo y en su sangre para darnos vida eterna. El pan que hoy comeremos es el mismo cuerpo del Señor, por eso, unidos como un solo cuerpo,
Como hace un par de domingos, encontramos de nuevo a Elías y Jesús protagonizando dos episodios que giran en torno al pan. Huyendo por el desierto, el gran profeta Elías se siente débil, cae en el desaliento y se desea la muerte. Pero el Señor le envía un pan y un agua que le proporcionan un vigor extraordinario que le ayuda a alcanzar su meta, el monte de Dios. Jesús, en cambio, se presenta a sí mismo como el pan vivo bajado del cielo, cuya fuerza de vida supera a la del pan de Elías
Estas son las lecturas de este domingo. Y el vídeo del evangelio.