En el tercer domingo de Cuaresma, en el día del Señor, les acogemos con alegría en la Casa de Dios para celebrar la Santa Eucaristía, rumbo a la gran fiesta pascual. En la liturgia de hoy, Jesús nos va a hablar de la higuera que no da fruto. Una estupenda ocasión para descubrir la gran paciencia que Dios tiene con cada uno de nosotros, a pesar de que nuestra existencia no siempre da los frutos esperados.
La invitación a la conversión sigue sonando en este tiempo de Cuaresma. En las lecturas de hoy, Dios, que se manifiesta como el que actúa en la historia, ha visto la aflicción de su pueblo y, con la ayuda de Moisés, está dispuesto a salvarlo de la esclavitud. Pero, como dice la carta a los Corintios, una parte de este pueblo liberado y en camino hacia la tierra de promisión no llegó a alcanzar la meta por su maldad. Jesús nos pide en el evangelio, a los que hemos sido liberados y llamados a la esperanza, que nos convirtamos y demos frutos de bondad ante la salvación pascual que Dios ofrece.
Estas son las lecturas de este domingo y el vídeo del evangelio.