Todos sabemos lo que es un trastero. Es aquel lugar de la casa, donde guardamos aquello que ya no nos sirve o que no utilizamos. Muchos quisieran no tener uno. Pues, aunque muchas veces no te sirva algo o no vayas a utilizarlo, siempre lo guardamos. Si no lo tuviéramos pues no lo guardaríamos. A veces guardamos “por si acaso…”, pero ese tiempo nunca va a llegar y nos ocupa un lugar precioso.
Se nos está yendo una generación que , como la clase media, mantenía y mantiene viva la llama de algo que para los cristianos es fundamental y esencial: la fe. Y digo que se nos está yendo, porque las nuevas generaciones probablemente estén metiendo en el trastero de su corazón lo que otros consideramos como fundamental en la vida y además nos da VIDA a la vida.