EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.

Todos los momentos del año litúrgico, y cada día de nuestra vida, son ocasión perfecta para iniciar el camino de la conversión. La Iglesia nos lo recuerda con mayor intensidad durante la Cuaresma. Porque muchas veces, el ritmo de la vida y la rutina hacen que nos despistemos y perdamos la conciencia de nuestra limitación y de nuestra necesidad de la misericordia de Dios.
    Jesucristo, por medio de la Iglesia, nos muestra el camino que nos lleva de vuelta al Padre, cuando por nuestra debilidad nos hemos alejado de él, el Sacramento de la Reconciliación. Al que podemos y debemos acudir en cualquier momento, pero al que estamos llamados especialmente en el camino de la Pascua, que es la Cuaresma.
     A continuación te ofrezco algunas orientaciones que te pueden ayudar a preparar y celebrar el sacramento de la misericordia de Dios.
  • En primer lugar la Palabra de Dios. Es el Evangelio que se proclamó en la celebración penitencial de Cuaresma que presidió el Papa Francisco en Roma el pasado viernes 29 de marzo, y que dio paso a la celebración de las 24 horas para el Señor, Juan 8:1-11 «La mujer adultera».
  • Y por último, extraído de una publicación anterior, te recuerdo los cinco pasos, que la Iglesia propone, para preparar bien y concientemente la celebración del sacramento de la Reconciliación:

– Examen de conciencia: Examinar, revisar nuestra vida a la luz del Señor, para descubrir en ella aquellos aspectos que nos alejan de Dios, de nosotros mismos y de nuestros hermanos.

– Dolor de los pecados: reconocer con humildad que no siempre somos capaces de responder con amor al amor infinito de Dios, sin castigarnos y dramatizar, sino sabiendo que Dios nos conoce y cuenta con nuestras debilidades y limitaciones porque nos ama tal y como somos.
– Propósito de la enmienda: enmendar, remendar, arreglar en nuestra vida aquello que nos ha hecho perder la sintonía con Dios, con nosotros y los hermanos, pero no confiando en nuestras fuerzas, sino apoyados en la fortaleza y gracia de Dios.
– Decir los pecados al sacerdote: acto propio de confesarse, sin ningún tipo de miedo o vergüenza, por las razones anteriormente compartidas.
– Cumplir la penitencia, o como a mi me gusta decir, dar gracias al Señor por el perdón y la misericordia recibido. Pues en realidad es de eso de lo que se trata, y no de cumplir un castigo o una pena, que es lo que da a entender la palabra penitencia. Esto mediante una oración, una lectura de la Palabra de Dios, una determinada acción, etc, el sacerdote nos indicará como debemos dar gracias a Dios por su perdón y su misericordia. Si el sacerdote nos invita a hacer nada no quiere decir que no debamos dar gracia, sino que lo deja a nuestra libertad para que nosotros, poniéndonos delante de Dios, hagamos aquello que entendamos que le es agradable como acción de gracias.

LA MUJER ADÚLTERA Y NOSOTROS.

En nuestras tertulias de amigos, de familia… siempre criticamos a ciertos programas televisivos, de gran audiencia por cierto, que no actúan con honestidad – o eso creemos – a la hora de tratar a ciertos personajes y sobre todo cuando está en juego la audiencia y los millones de espectadores que nos van a dar la pole en relación a otras cadenas y así ganar mensualmente el primer puesto.

        En esos programas nos atrevemos a prejuzgar, a juzgar a ciertos colaboradores o entrevistados y normalmente decimos que «esa por dinero, hace… lo que sea«, «fulanito de tal es un…..», pero da la casualidad que para que nosotros podamos hacer esa afirmación es que somos los primeros que vemos los programas y caemos en la trampa de ser los primeros acusadores que tiramos piedras contra nuestro propio tejado.

        Este fin de semana, cuando escuchamos en el evangelio (Juan 8) que la ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras, solemos pensar ¡que brutos, qué animalada!». Pero seamos sinceros: cuando nos enteramos de que alguien – hombre o mujer -, ha cometido alguna «infidelidad», no solo en lo estrictamente matrimonial, sino en cualquiera de los demás ámbitos que forman parte de nuestra vida: familiar, económico, social, político, eclesial, deportivo, cultural, laboral… seguimos estando muy dispuestos a «apedrear» al que consideramos culpable.

        Y hoy en día quizás no utilicemos piedras minerales, de las auténticas, de las que pesan (o no), pero empleamos otro tipo de piedras que también dejan heridas e incluso pueden «matar» a quien las recibe: difamaciones, críticas, burlas, conclusiones que damos por seguras, desprecio, rechazo… En ciertos casos esto se amplia a comentarios en redes sociales, que llegan a ser muy crueles y despiadadas y resultan ya imborrables. Nosotros estamos, siendo sinceros, más predispuestos a denunciar y condenar el pecado en los otros que en nosotros mismos, y que no lo pensamos mucho a la hora de «tirar piedras». Es más diría que somos muy ligeros en ello.

        ¡Qué fácil es hacer juicios de los otros!. Situarnos en la torre de nuestros criterios sicológicos o morales y desde ahí poner etiquetas: pobres, marginados, adúlteras, prostitutas, emigrantes, etc…Pero da la casualidad que nuestros hermanos a los que ponemos etiquetas están hechos de la misma pasta que nosotros. No podemos lanzarles piedras. Es más, no basta con ponernos en sus propios zapatos y acercarnos de forma empática para entender el por qué: hemos de fomentar abrazos de misericordia y de perdón.

        Ahora que están tan de moda las carreras: por una asociación, por un colectivo, contra el síndrome de… a favor de la integración de ….carrera en solidaridad con… resulta que Pablo, cuando le habla a la comunidad de Corinto les dice que ha iniciado la carrera para volver a Cristo.

        Y es que la cuaresma siempre nos da una segunda ( y más ) oportunidades de volver a empezar. Lo vimos la semana pasada con la parábola del hijo pródigo: el padre -a diferencia del hijo mayor – no preguntó por qué vuelves, lo abrazó y lo besó, probablemente en silencio, con lágrimas de alegría…

         No tiremos piedras, no sea que nos caigan en nuestra cabeza. Seamos jueces de nosotros mismos, mirémonos en el espejo del Padre y preguntémonos si somos adúlteros: eclesial o humanamente. Alguna respuesta seguro que tendremos.

                                                                                      Feliz Cuaresma. Paco Mira.

AVISOS INTERPARROQUIALES.

V DOMINGO DE CUARESMA.

Este V Domingo de Cuaresma nos lleva hasta la etapa de aquellos hombres inspirados por el Espíritu que prepararon la venida de Nuestro Señor Jesucristo: los profetas. El Señor actuó a favor de su pueblo mediante el signo del agua, como lo hace ahora en el Bautismo. Nos toca a nosotros vivir esta última oportunidad para purificarnos mediante la Penitencia para beber el agua que da la Vida.
Estas son las  lecturas de este domingo. Asimismo les dejamos con el vídeo del evangelio.

Para que los niños lo vean también.

 

Semana Santa 2019

Les dejamos con los programas de actos de la Semana Santa en nuestra zona Interparroquial de nuestras parroquias. 
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AVISOS INTERPARROQUIALES.

IV DOMINGO DE CUARESMA.

Todos podemos mejorar, cambiar de mentalidad, que nuestro estilo de vida sea cada vez más parecido al de Cristo Jesús, esto ha de reflejarse en nuestra relación con Dios, en nuestra apertura a los demás; en el compromiso y en la seriedad en nuestro camino. Todos estamos llamados a colaborar a que también los demás -familiares, amigos y compañeros de trabajo- se sientan llamados a renovarse y vivir la Pascua en profundidad.

En el evangelio vamos a escuchar una de las páginas más interesante de la literatura bíblica; conocida como: la parábola del hijo pródigo. Este texto nos presenta la actitud misericordiosa de Dios, que no quiere la muerte de los que se han alejado de Él, sino que desea y espera su retorno. Otro elemento, nos menos importe, de esta narración es la alegría. El padre invita a todos a celebrarlo con una gran fiesta.

Estas son las lecturas de este domingo. Asimismo les dejamos también con el vídeo del evangelio.

SEMANA SANTA EN SAN LORENZO.

Les dejamos con este vídeo que nos invita a vivir estos días.

TE PUEDE INTERESAR.

EL VÍDEO DEL PAPA.

 

AVISOS INTERPARROQUIALES.

III DOMINGO DE CUARESMA

Nos encontramos en el tercer domingo de Cuaresma. A partir de hoy la liturgia de la palabra se centra abiertamente en el tema de la conversión para la renovación bautismal. La conversión, antes de que sea demasiado tarde, es la respuesta adecuada a la paciencia de Dios. Así habremos asimilado la lección de la historia del pueblo de Israel, a quien Dios reveló su nombre y lo liberó de la esclavitud de Egipto por medio de Moisés.

El evangelio que vamos a escuchar tiene dos partes muy bien diferenciadas: Ira. Comentario de Jesús a dos tristes sucesos: muerte violenta de unos galileos y derrumbamiento de la torre de Siloé que aplastó a dieciocho hombres. 2da. Parábola de la higuera estéril. Ambas unidades coinciden en la urgencia de la conversión antes de que se agote la paciencia de Dios.

Estas son las lecturas de este domingo. Ademas les dejamos el vídeo del evangelio.

AVISOS INTERPARROQUIALES.

Unidad Pastoral Tamaraceite-Lomo los Frailes
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