En el Vigésimo quinto domingo del tiempo ordinario, Dios nos enseñará a hacer buen uso del dinero, sin esclavizarnos de él para poder servirle plenamente a nuestro único Dios. El mensaje del Evangelio es radical: nadie puede servir a dos amos, no se puede servir a Dios y al dinero. Sólo hay un Dios, leemos …