La liturgia de este Vigésimo Tercer Domingo contempla la recuperación comunitaria del pecador mediante la corrección fraterna. El pecado es una realidad en la comunidad cristiana; pues no es la Iglesia una asamblea de ángeles, seres impecables, sino de hombres y mujeres que, en medio de limitaciones y flaquezas humanas, caminan unidos como hermanos hacia …